domingo, 25 de marzo de 2018

MÚSICA ES....

La música es el arte más directo… entra por el oído y llega al corazón…
Para mí, es lo único que necesito para empezar a hacer cualquier cosa. Y eso lo sabe bien mi vecino, que es tan generoso que pone el volumen tan alto, que lo escucha todo el edificio, pero su música es tan variada que aún no he podido averiguar si es joven, viejo, alcohólico, perro, humano o se quiere suicidar. Si algún día meten en la cárcel a la gente por descargar música, espero que, al menos, los separen por géneros musicales… así me enteraré de cómo es mi vecino.
Y lo que me sienta peor aún, es que la canción se equivoque cuando yo estoy cantando, porque, si el cerebro adolescente es un 80% letras de canciones… el mío debe ser un 20% capacidad de retención, así que… imaginaos.
Otra cosa que me gusta mucho de la música es que te transporta a otros lugares. Hoy, por ejemplo, en el restaurante al que he ido a comer, han puesto reggaetón… y me he transportado a otro restaurante. Y para rematar el día, me he encontrado con otra vecina que me dice:
-Mira, esta es mi hija… la menor.
Y, como yo estaba hartita ya de música, he contestado enfadada señalando a mi perro:
-¡Y este el mío: re sostenido!
En fin… que ya se me ha pasado y al llegar a casa, he seguido pensando en la música: Hay nombres de grupos que de tanto escucharlos ya no nos suenan raros, ni genuinos ni divertidos o rocambolescos pero que en realidad son de lo más original. Grupos como:  Black Eyed Peas (¡¿Ojos negros guisantes?! ¡¿Qué narices significa eso?!) Pussycat dolls (¿Muñecas minino?... es decir… ¿Hello Kitty?) No me pises que llevo chanclas (…eh… pues eso… que mires donde pones los pies) Un pingüino en mi ascensor (bueno, con la primavera que estamos teniendo… no es de extrañar) y muchos más, apostaron desde el principio por nombres diferentes y con mucho rollo.
A lo que voy… que me disperso… El caso es que, como me aburría, me he puesto a escribir una historia utilizando nombres de grupos musicales. Aquí os la dejo, para que os riais un poco y para que recordéis alguna que otra vieja gloria.

“Los Rodríguez” son una banda de “Rebeldes”, que siempre van de “azul y negro”, cuyo líder: El “Barón Rojo” (montado en un “Cadillac”), abatió con un “leño” a “la guardia” en “la frontera” de “Triana”. Como iba diciendo, esta banda de “inhumanos” se dedica a fumar “celtas cortos” y a beber “tequila”. Hay que tener mucho cuidado con ellos, porque a base de “golpes bajos” y sin ninguna “pereza”, son capaces de provocarte una “parálisis permanente”. De hecho, son “cómplices” y “presuntos implicados” de la operación: “Objetivo Birmania”, en la que encontraron a varios “toreros muertos” a causa de la “dinamita pa los pollos” con la que hicieron estallar las “Aerolíneas Federales”.
Mi madre no para de decirme: “Ten cuidado con esas “amistades peligrosas” con las que vas” Y yo le contesto: “Mamá, que, aunque parezcan “ángeles del infierno” porque vayan con “revólver”, “obús” y una “navajita plateá”, no son tan “chunguitos.”” Y enfadada me chilla: “”¡A mí no me pises que llevo chanclas” ¿eh?! Yo, a estos “despistaos” les daría “estopa” y ya verían como con el “efecto mariposa” (no confundir con el “efecto pasillo”) en una “radio futura” escucharían que un “zapato veloz” provocó un “siniestro total” al chocar “los burros” con “elefantes” en “el norte””
“¡Mamá…!”, le chillo a mi madre “pero… ¡¿es que has mezclado “jarabe de palo” con “azúcar moreno”?!”
“Mira hijo…”, me dice ahora más suave… “yo sólo te digo que, si fuesen más “héroes del silencio” y se guardasen sus “secretos”, nadie les pondría otra “barricada”… que, ya que son “tahúres zurdos”… que se dediquen a jugar al “parchís” con esas “21 japonesas” que están en “la quinta estación””
Y, enredada en una “danza invisible” en la que “ella baila sola”, “la dama se esconde” (la dama que es mi madre, quiero decir). Y yo, que primero fui burro y después “el último de la fila”, antes de embarcarme en el “sueño de Morfeo”, decido hacer un “mecano” que saco de la “caja de Pandora” con el que, “modestia aparte”, siempre recibo un “olé olé”.
Mi madre aparece de repente, como si fuese el “mago de Oz” y con “la oreja de van Gogh” en la mano, me dice resignada: “Peor…imposible

Y, es cierto... me voy superando. Es imposible que esto vaya a peor. A veces, incluso creo que estoy como una cabra… pero pienso en cómo estáis vosotros… ¡y se me pasa!


Y, hasta la próxima entrada y sea el día que sea... ¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!